La web Man in Seat 61 es la Biblia para la creciente
legión de personas que prefieren el tren para recorrer el mundo aunque se
necesiten días o semanas para alcanzar el destino final.
“Rara
vez he escuchado pasar un tren sin desear ir en él”, dijo una vez Paul
Theroux. El escritor se recorrió medio mundo subido a uno. Viajó de
Londres a Japón por toda Asia, y también la vuelta, en el transiberiano,
una experiencia que inmortalizó en su libro The Great Railway Bazaar.
Para él siempre será un medio de transporte sin igual para descubrir
nuevos lugares. En cambio, cuando el estadounidense se disponía a coger
un avión para realizar las otras tantas aventuras que ha hecho a lo
largo de su vida, era todo menos complaciente. “Defines un buen vuelo
con negativos: no te secuestraron el avión, no te chocaste, no
vomitaste, no llegaste tarde, no te produjo nauseas la comida. Así que
estás agradecido”.
Mark
Smith no tiene las dotes literarias de Theroux pero va camino de
convertirse en uno de los mayores defensores del tren para moverse por
el mundo. Este británico es el fundador de la web The Man in Seat 61 que, con un millón de visitas mensuales, es quizá la guía más completa para planificar viajes internacionales por ferrocarril.
El hecho de que Smith nunca pise un aeropuerto no le ha robado la
oportunidad de visitar medio planeta. Partiendo desde Londres ha podido
conocer casi toda Europa occidental, Europa del Este, Albania, Túnez y
Marrakech (con ayuda de un ferri), Ucrania, Siria, Jordania, Rusia y
Japón (con la asistencia del transiberiano y un barco). La única vez que
hizo trampa en los últimos años ha sido cuando fue a Vietnam. “Confieso
que me desplacé en avión, pero una vez allí solo me movía en tren”,
dice el británico.
Cuando desea visitar Estambul, ni se le pasa por la cabeza revisar
una web de reserva de vuelos. Acude a su estación más cercana para coger
el próximo tren y llegar cuatro días más tarde a la ciudad turca. Un
trayecto que explica detalladamente en su web y que tiene múltiples
opciones de ruta por Viena y Bucarest o cruzando los Balcanes y
Bulgaria.