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Te invito a que te des un garbeo por este territorio fronterizo, donde encontrarás algunas cosillas mías, las de otros y tal vez algunas tuyas, si quieres. Además, también iré colgando algunas de las cosas que despierten mi curiosidad, confirmen o desafíen mi pensamiento y mis creencias, o me generen algún cosquilleoCuando te apetezca acompañarme, ten a mano los auriculares, sobretodo si quieres escuchar bien los mélanges (sorry, pero en ese tema no he aprendido nada nuevo). Y si no visualizas bien la página, cambia la resolución de tu pantalla a 1280 x 1024. Hala pues!, sírvete un drink, unas almendritas o prende un cigarrillo, y pincha el gadget, que esto despega ya...
22 agosto 2015
09 agosto 2015
Eran las 6 de la
tarde y caía una tormenta de verano en el Ampurdán, que regaba torrencialmente
las calles medievales de Perelada y hacía dudar sobre la celebración del concierto, previsto para las 22 horas. Sin embargo, el personal de la organización informaba que no, que el concierto no se suspendía, y que el metereólogo aseguraba que la
lluvia pararía a las 21,30.
A las 21,30
horas repartían chubasqueros blancos al enjambre de asistentes que nos aglomerábamos entre paraguas en los jardines del
Castell de Perelada. " Tres horas decidiendo
lo que me pongo, para terminar con un chubasquero blanco", se quejaba una chica, vestida de gasa negra y subida en unos tacones de aguja.
El concierto
se retrasaba media hora, volvieron a informar, "que es el tiempo que dice el metereólogo que tardará
en dejar de llover". Y esta vez, acertó.
En ese
auditorio finolis, al aire libre, y respirando el olor de la tierra mojada, apareció
Roger Hodgson con su banda, para transportarnos unas décadas atrás a través de
las canciones más significativas de Supertramp, banda del que fue cofundador y
autor de buena parte de sus canciones. Inevitablemente, me vino a la memoria aquél concierto de Barcelona en el 83, en un entorno algo menos finolis, en el que una lluvia
diferente, de botellas y piedras lanzadas por la gente sin entrada, caía sobre los
asistentes de las filas de arriba del Mini Estadi.
Este legendario músico de voz aflautada me
pareció un tipo dulce y cariñoso, muy cercano con el público de este recinto, en el que no quedaba ni una sola entrada a la venta. De
hecho, lo primero que hizo fue pedir al técnico de luces que iluminara la platea para conocer a su "beautiful
audience". Tuvo palabras para la gente que habíamos hecho "unas cuantas millas" para asistir al concierto, y se mostró divertido, a la par que sorprendido, con los dos ‘bambinis’ que asistían en las
primeras filas, "¿saben quien soy?", preguntaba. Y como es de esperar, cada palabra que nos dirigía, y fueron unas cuantas, era respondida por el clamor del público y de algún espontáneo con el que mantuvo un breve diálogo.
Me imagino el
subidón colosal que debe ser para un músico, componer un tema, montarlo y ensamblarlo con otros músicos, y que miles de
personas acaben haciéndole los coros en todos los rincones del mundo……
Wowww!!
Y anoche
acabamos todos de pie, cantando y acompañando a este talentoso músico,
que nos dió un repasillo por la banda sonora de nuestras vidas y que, por si las moscas, dejó para el final, ‘It’s raining again’. Y sin consultar al metereólogo.
Para que te hagas una idea:
Para que te hagas una idea: